La limpieza profesional de ventanas puede variar dependiendo de la empresa y del tipo de ventana, pero en general, se siguen los siguientes pasos:
- Preparación: El primer paso es preparar el área alrededor de la ventana, cubriendo el suelo y los muebles cercanos para evitar que se ensucien o dañen.
- Retirar la suciedad superficial: Antes de aplicar cualquier producto, es importante retirar la suciedad superficial de la ventana con una escoba o un cepillo suave.
- Pretratamiento: Si hay manchas o suciedad difícil de quitar, se puede aplicar un pretratamiento con un producto específico para ventanas y dejar actuar durante unos minutos.
- Limpieza con limpiacristales: La mayoría de las empresas de limpieza utilizan un limpiacristales especial que se aplica con un pulverizador y se frota con un paño de microfibra o una herramienta de limpieza específica. Es importante limpiar toda la superficie de la ventana, incluyendo los bordes y las esquinas.
- Secado: Para evitar que queden marcas de agua, se seca la ventana con un paño de microfibra limpio y seco. En algunos casos, se puede utilizar una herramienta especial de secado, como una escobilla de goma.
- Revisión y toques finales: Una vez que se ha limpiado la ventana, se revisa cuidadosamente para asegurarse de que no haya manchas ni huellas. Si es necesario, se pueden realizar toques finales en las áreas que necesiten un poco más de limpieza.
- Limpieza de marcos y bordes: Finalmente, se limpian los marcos y los bordes de la ventana con un paño húmedo para asegurarse de que todo quede limpio y reluciente.
En resumen, la limpieza profesional de ventanas requiere una serie de pasos y herramientas específicas para lograr un resultado óptimo y sin marcas. Si quieres que tus ventanas queden impecables, lo mejor es contratar a una empresa de limpieza profesional con experiencia en este tipo de trabajo.